Azulejos de Santa Caterina

Estos dos azulejos son cuadrados y tienen como motivo central una palma y una rueda dentada, entre flores de puntos cercadas. Están decoradas en azul, obtenido a partir del óxido de cobalto, sobre esmalte estannífero.

Los dos elementos que se representan son los atributos de la santa y mártir Catalina de Alejandría. Según la Legenda Aurea, el libro que publicó en el siglo XIII Iacopo da Varazze, también Jacobo o Santiago de la Vorágine, (Varazze, c. 1.230-Génova, c. 1298) en el que recogía la vida y los sacrificios de los primeros mártires de la cristiandad, Catalina de Alejandría era un joven princesa de gran sabiduría y virtud hacia Dios. La joven erudita no se quiso casar con el emperador romano, ni renunciar a su religión, por lo que fue torturada hasta la muerte.

Aparte de estos dos azulejos, se conservan algunos ejemplares más y con decoración distinta, en la ermita de Santa Caterina y el Museu de la Mediterrànea de Torroella de Montgrí. Unos están decorados con una palma y dos pájaros invertidos, uno con garcetas y el otro con cisnes. Y otro modelo está decorado con una filacteria con la inscripción AMAT y una cruz combinada con la letra R. También se conserva un fragmento del mismo conjunto con una inscripción con letra gótica indescifrable. Todos ellos están decorados con flores de puntos encerradas en círculos.

Según Josep Vert, el apellido Amat podría hacer referencia a algún miembro de esta familia, linaje documentado ya en el siglo XIV en Torroella de Montgrí, que los habría encargado en Manises, Valencia, para el pavimento del altar mayor de la ermita.