Aguamanil

Cerámica
La Bisbal d’Empordà, segon quart del s. XIX

Farmàcia Mascort, Torroella de Montgrí
Terrissa

47 x 33 x 35 cm
Cerámica
La Bisbal d’Empordà, segon quart del s. XIX

Farmàcia Mascort, Torroella de Montgrí
Terrissa

47 x 33 x 35 cm

La pieza seleccionada para este mes de julio proviene de la farmacia Mascort de Torroella de Montgrí. Se trata de un aguamanil de barro, una vasija que se solía encontrar en el vestíbulo de las casas acomodadas, a menudo dentro de una hornacina en la pared, el cual contenía el agua para lavarse las manos, un ritual cotidiano en una época en que no existía el agua corriente.
Era común encontrarlos en las sacristías de las iglesias para cumplir con la ablución (del latín ablutio), el acto de purificación de las manos antes de ciertos actos religiosos.
Como es este caso, también solía encontrarse en las farmacias y boticas, para cumplir la misma función y, además, por si al cliente le convenía tomar algún medicamento que debiera ser ingerido con agua.

La jarra tiene el cuerpo globular con un pie troncocónico y un cuello cilíndrico en la parte superior. En la parte inferior, presenta un caño antropomorfo (concretamente una cabeza de un personaje barbudo que va tocado con lo que podría calificarse de barretina), de cuya boca sale un grifo de latón que servía para verter el agua. En los laterales, el aguamanil tiene dos asas verticales contrapuestas que representan una reptil, una especie de lagartija o salamandra. Tradicionalmente, estas figuras evocan a la buena calidad del agua.

En la parte central del cuerpo, el aguamanil está decorado con una flor, o una estrella, de ocho puntas en relieve y, en la parte de unión entre el cuerpo y el cuello, aparece una guirnalda de hojas. La pieza ha perdido la tapa que cubría la abertura superior, pero se puede decir, por otras piezas similares que se pueden ver en la exposición actual de la Casa Galibern, 1000 años de cerámica catalana, que solían ir decoradas con figuras humanas o animales.

La pieza fue fabricada en La Bisbal d’Empordà en un momento álgido para la producción de cerámica de este centro. Cabe destacar que, tal como dice el director del Terracotta Museu de Ceràmica de La Bisbal d’Empordà, Xavier Rocas, el artesano habría requerido, además del oficio, dotes y conocimientos artísticos, así como una importante inversión de tiempo para modelar la complicada decoración que escapaba a los conocimientos de los alfareros tradicionales.

El primer Mascort que se instaló en Torroella de Montgrí, fue el farmacéutico Agustí Mascort Plana (Palafrugell 1770-Torroella de Montgrí, 1842), que obtuvo el título de Boticario, concedido por el Real Tribunal del Protomedicato de Cataluña, el 12 de junio de 1795, el cual le permitía ejercer la profesión en todo el Principado de Cataluña.

A partir de la documentación conservada en el archivo de la Colección Mascort, sabemos que, en 1805, Agustí Mascort compró todos los utensilios y mobiliario de la farmacia del antiguo Hospital de Torroella de Montgrí. Además, en 1837, también compró, a Josep Alabau, el contenido de la farmacia que regentaba su difunto hijo en la misma localidad.

Exposiciones:

La ceràmica catalana de la Col·lecció Mascort, s. XIV-XIX. Casa Galibern-Fundació Mascort, Torroella de Montgrí, 1 de junio-28 de octubre de 2012.

Bibliografía:

ROMERO, A.; ROSAL, J., La terrissa a Catalunya. Figueres: Brau Edicions, «Col·lecció Eines i feines», p. 57.

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